Monday, September 10, 2007

Santa Teresa Benedicta de la Cruz


OTRA TERESA

_ Edith ... _dijo su madre sonriendo y saliendo a su encuentro. La joven no la dejó llegar hasta ella. Se arrodilló en el suelo e inclinó la cabeza.

_Madre he venido a confesarte que me he hecho católica. ¿Es que no se puede ser piadoso siendo Judío?

-Sí, mientras no se ha conocido a Cristo.

Largo camino

Antes de este diálogo con su madre, la joven Edith Stein, hija de la judía fervorosa, recordó un largo camino en busca de la verdad. Durante esa búsqueda fue por un tiempo atea. Fue una niña precoz en los estudios..

Siendo muy joven y alumna de la Universidad de Breslau (Alemania); estudió psicología. Allí, en libros y conversaciones no oyó más que un nombre: Edmund Hursserl. Hurssel, el filósofo del momento -el más famoso- Enseñó en Gottinga y allá se fue Edith. Obtuvo ser una de los pocos alumnos que Hurssel admitía en sus clases. Hurssel se había atrevido a romper los esquemas de la filosofía moderna; dejando a un lado los relativismos y prejuicios racionalistas, se propuso buscar lo objetivo, la santidad del ser, la pureza y transparencia de las cosas: escucharlas, más que hablarle.


La Calificacion Mas Alta

Edith Stein encontró en las clases del profesor, lo que era la pasión de su vida desde temprana edad: la búsqueda de la verdad.

Al finalizar el quinto semestre, Edith pidió a Hurssel el tema para su doctorado; normalmente los alumnos de Hurssel se tomaban cinco a seis años antes de hacer la tesis doctoral.

_Tenga en cuenta que yo soy muy exigente,

_Por lo menos. Voy a intentarlo.


Cuando salió, el profesor Hurssel pensó: una gran mujer; seguramente una de las mujeres
más eminentes de nuestra época.


Edith Stein obtuvo el doctorado con la calificación más alta. Cuando Hurssel fue nombrado profesor de la universidad de Frifurgo la llamó para que fuera ayudante de cátedra.


Un Converso

En Gottinga enseñaba otro gran filósofo, famoso en todo el mundo y superior en ciertos aspectos, al mismo Hurssel: Max Scheller. Se había convertido al Catolicismo y comenzó a dar conferencias. Edith asistió a una de ellas. El recién convertido hablaba de la esencia de lo santo. Pocas personas han llevado reflejado en su rostro el genio y la sabiduría como él la llevaba. Edith se siente transportada a un mundo desconocido para ella. Sintió que los prejuicios racionalistas se barrían de su mente y que era capaz de mirar aquel mundo de la Fe, que se abría ante sus ojos, con nueva serenidad e interés. Con todo no entró en aquel mundo nuevo, abierto ante sus ojos por Max Scheller. Ella buscaba la verdad por sí misma.



He Aqui la Verdad

En Friburgo una amiga, también filosofía, la invito a pasar unos días en su casa de campo. Una tarde su amiga tuvo que salir para la ciudad; a Edith no le hacía gracia pasar sola la noche dormida. Se propuso pasarla despierta y se fue a la biblioteca. Alargó la mano y cogió un libro: "Vida de Santa Teresa de Ávila". Estaba escrito por ella misma. Curiosa, se sentó en un sillón de cuero y empezó a leer. De madrugada, lo cerró lentamente cuando terminó.

- He aquí 'La Verdad', dijo.

Se puso un abrigo sobre los hombros, caminó a un pueblo cercano y compró un Misal y un catecismo de la doctrina cristiana. Pasó el día estudiando el catecismo. A la mañana siguiente volvió al pueblo a la hora de la Misa. Terminada, siguió al Sacerdote a la casa parroquial.

_ Pase hija, dijo el anciano sacerdote.

_Quiero ser bautizada en la Iglesia Católica, dijo Edith sencillamente.

_Para eso tiene que saber todo lo que la Iglesia enseña y exige.

_ Pregúnteme, padre, y Vd. mismo juzgará.

_ Las respuesta de Edith fueron claras y llenas de un profundo amor.

_¿Le ha pedido a Dios el don de la Fe?

_ No. Mi única oración ha sido mi anhelo de verdad.

_Dios ha usado de su misericordia con Vd. No puedo negarle el Bautismo, le dijo el sacerdote.


El día del Año Nuevo de 1922, Edith recibió el Bautismo con el nombre de Teresa, en agradecimiento a la Santa por cuyos pensamientos le había llegado la Gracia de Cristo.


La Tempestad

En 1933 Edith Stein era profesora en Münster, conocida en toda Alemania por sus conferencias y sus libros. Todo acabo con un edicto de Hitler: los Judíos no pueden ocupar puestos públicos, no pueden enseñar ni publicar libros.


Edith Stein pudo irse a cualquier país. Creyó que era el momento de realizar un sueño largamente acariciado. Se dirigió a una iglesia y arrodillada ante el Santísimo, hizo la determinación de entrar en el Carmelo. Se dirigió al Convento de las Carmelitas en Colonia, donde fue admitida inmediatamente. En la profesión, religiosa tomó el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz, en recuerdo de los hitos que la habían conducido al camino de la Gracia.



A las dos años de estar en el Carmelo de Colonia, dado que cada vez más, era peligrosa la vida en Alemania para los Judíos, se trasladó a un convento de Holanda con su hermana Rosa, también convertida al Catolicismo.


En 1940, Holanda fue ocupada por las tropas Nazis de Alemania. Intentaron llevarlas a Suiza, pero no pudieron. Una tarde, el 2 de Agosto de 1942, la Gestapo, policía alemana, sacó a las dos hermanas del convento; fueron llevadas al campo de concentración de Auschwitz. No se supo más de ellas. Terminada la guerra un comunicado de la Cruz Roja holandesa decía: "Edith Stein, nacida el 12 de Octubre de 1891 en Breslau, asesinada el 10 de Agosto de 1942, en Auschwit por medio de gases". "Rosa María Stein, nacida el 13 de Diciembre de 1883, asesinada en el mismo campo por medio de gases"




  • En su testamento, 1939: "Edith Stein ofreció su vida por su pueblo judío, para que el Señor sea aceptado por los suyos, por la salvación de Alemania y por la paz del mundo."
  • En el Carmelo de Colonia dijo un día: "No es la actividad humana la que puede ayudarnos, sino la Pasión de Cristo. Participar en ella, tal es mi anhelo.
    Su último libro lo tituló: "La ciencia de la CRUZ"
  • Edith Stein -Teresa Benedicta de la Cruz- fue canonizada en Roma por el Papa Juan Pablo II, el 11 de Octubre de 1998.
  • Santa Edith Stein, una vez obtenida la Gracia de la Conversión, dedicó su vida a la conversión de los demás.

Acaba de conocer algo de su vida. ¿No cree Vd. que podría empezar a hacer algo también por la conversión de los demás? Empiece por propagar esta lectura.


    Si desea propagar este folleto (2¢) escriba o llame al Padre Prudencio Sánchez- 401 Ave. Guanajibo, Mayagüez, PR. 00680 ~ Tel. (787) 805-2369


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